La previa de un partido de la selección peruana, siempre tiene hasta ahora el mismo ingrediente de recuerdo; las televisoras siempre apuestan por este recurso que todavía hace vibrar a la afición: los goles de "cachito" Ramírez en la "bombonera" del Boca Juniors en Argentina. Ese vídeo que está en blanco y negro, es como oro en polvo en los archivos de los canales y, es el más esperado por la hinchada, pues nos recuerda la hazaña de la clasificación al Mundial de México 70.
Hoy 31 de agosto se celebra nada más que 40 años de aquella tarde, donde los dirigidos por Waldir Pereira "Didi", le dieron un baile a los "troncazos" Argentinos, liderados por el "Mariscal" Roberto Perfumo, que impotentes de toda acción, sólo les quedó reconocer, como los de la blanquirroja capitaneados por el gran Hector Chumpitaz, fueron capaces de ganarse los pasajes para jugar un Mundial de Fútbol.
Fue una tarde magistral donde Julio Baylón se desplazaba a gran velocidad (sus amigos decían que él tenía un avión pegado en el trasero); " perico" León era extraordinario bajando la pelota con el pecho; el gran Teofilo "nene" Cubillas, que "Didi" lo hizo jugar más retrasado encontrándole su verdadera ubicación; Roberto Challe, un mediocampista cerebral, que hizo su show al final del primer tiempo: le "clavó" la pelota en la cabeza a Rulli; era una provocación a la afición rival, que rugía por la eliminación y por la osadia del ex "niño terrible"; el "granítico" Chumpitaz era seguridad total en la defensa
Era un grupo muy unido, algo que se extraña en la selección de hoy. Todos se apoyaban, eran otros tiempos, el billete no era primordial, era amor al Perú; por ejemplo, Baylón jugó enfermo. Eran jugadores de raza, que ponían todo. "Chito" La Torre, dijo un día: los jugadores de ahora parecen señoritas, en cambio yo, cuando jugaba no me afeitaba, para que los rivales me vean feo y me tengan miedo.
A pesar que finalizado el partido, desde la tribuna del estadio de Boca le llovían toda clase de objetos contundentes, el empate 2-2 estaba sellado, igual que la visa para México, los jugadores estaban felices, porque era la bandera del Perú que flamearía en la justa mundial del País de cantinflas y, para ellos era suficiente.
Y pensar que ahora los actuales, ganan millones de dólares, pero no saben como se disfruta cuando se juega en un mundial; ni con todo el dinero pueden comprar esa alegría, esa felicidad que sí nos dieron los muchacho del 70, a pesar de que ahora algunos están abandonados a su suerte, siempre reciben el saludo, el cariño y el reconocimiento justo del pueblo Peruano.
Hoy 31 de agosto se celebra nada más que 40 años de aquella tarde, donde los dirigidos por Waldir Pereira "Didi", le dieron un baile a los "troncazos" Argentinos, liderados por el "Mariscal" Roberto Perfumo, que impotentes de toda acción, sólo les quedó reconocer, como los de la blanquirroja capitaneados por el gran Hector Chumpitaz, fueron capaces de ganarse los pasajes para jugar un Mundial de Fútbol.
Fue una tarde magistral donde Julio Baylón se desplazaba a gran velocidad (sus amigos decían que él tenía un avión pegado en el trasero); " perico" León era extraordinario bajando la pelota con el pecho; el gran Teofilo "nene" Cubillas, que "Didi" lo hizo jugar más retrasado encontrándole su verdadera ubicación; Roberto Challe, un mediocampista cerebral, que hizo su show al final del primer tiempo: le "clavó" la pelota en la cabeza a Rulli; era una provocación a la afición rival, que rugía por la eliminación y por la osadia del ex "niño terrible"; el "granítico" Chumpitaz era seguridad total en la defensa
Era un grupo muy unido, algo que se extraña en la selección de hoy. Todos se apoyaban, eran otros tiempos, el billete no era primordial, era amor al Perú; por ejemplo, Baylón jugó enfermo. Eran jugadores de raza, que ponían todo. "Chito" La Torre, dijo un día: los jugadores de ahora parecen señoritas, en cambio yo, cuando jugaba no me afeitaba, para que los rivales me vean feo y me tengan miedo.
A pesar que finalizado el partido, desde la tribuna del estadio de Boca le llovían toda clase de objetos contundentes, el empate 2-2 estaba sellado, igual que la visa para México, los jugadores estaban felices, porque era la bandera del Perú que flamearía en la justa mundial del País de cantinflas y, para ellos era suficiente.
Y pensar que ahora los actuales, ganan millones de dólares, pero no saben como se disfruta cuando se juega en un mundial; ni con todo el dinero pueden comprar esa alegría, esa felicidad que sí nos dieron los muchacho del 70, a pesar de que ahora algunos están abandonados a su suerte, siempre reciben el saludo, el cariño y el reconocimiento justo del pueblo Peruano.