sábado, 6 de marzo de 2010

La teta asustada

Magaly Solier tenía una vida tranquila en Huanta( Ayacucho), De pronto saltó a la fama de una forma inesperada; la guapísima cineasta Claudía Llosa la descubrió de un modo poco ortodoxo, y al toque le dió una gran responsabilidad: ser la protagonista de la hoy famosa película  la teta asustada, nadie imaginó que la cinta iba a llegar tan lejos; en el camino ganó muchos premios y reconocimientos y, llegó a lo insospechado: ser nominada a un Oscar a mejor película  extranjera de habla no inglesa.
The milk of sorrow, (la leche de la pena) título en inglés de la teta, esta a punto del orgasmo, sólo nos separan pocas horas para el gran día. La euforia, la exitación, se vive en estos momentos en todo el país. Los comentarios acompañados de alegrías, las buenas vibras y el cruce de los dedos están al rededor de la glándula mamaría cinematográfica. El alboroto es total y todos aprovechan de este pezón maravilloso.
El guión literario de la película ya está plasmado en un libro y se pronostica récord de ventas; salas de cine que antes fueron indiferentes, ahora la están reestrenando; dvds originales salen como pan caliente. No hay dudas que este fenómeno es una historia que quedará para siempre en el corazón de los peruanos; cualquiera sea el resultado final seguiremos mamando de esa teta prodigiosa.
Teta te deseo lo mejor, como peruano quiero verte llegar con la estatuilla dorada; pero no la lleves a palacio donde seguro Alan García te pondrá una alfombra roja desteñida, pero no para reconocer tu calidad, sino para subir su rancia popularidad. Llevala a Manchay, sí al lugar donde se rodó gran parte de la cinta; donde los arenales, los cerros, las viviendas humildes constituyen el paisaje principal.
Y tu Magaly, si la gloria toca tu vida, nunca cambies, si deseas regresa a tu Huanta querido, a criar tus cuyes, y trabajar en la chacra; Total trabajo en el cine no te faltará. Que la capital no te transforme, que tu acento al hablar no se modifique, sé humilde siempre y actúa con esa naturalidad que exige el séptimo arte. Nunca estudiaste actuación pero los productores ya te solicitan, ah, sigue tomando tu emoliente de un sol como ese día (la noche del apagón limeño) que te encontré en emolientes el "chino", en Alborada con Bertello (Cercado), estabas allí con tu capucha, toda sencilla al vestir. Ganes o no, seguirás en nuestra mente, seras como los goles de Cubillas que siempre lo recordamos. Grande Magaly, el quechua es parte de ti, el Perú profundo también.