Los policías que se encargaban de investigar el asesinato de Alicia Delgado, sabían muy bien su trabajo y, la consigna era precisamente estirar como sea posible el caso. Mediatizar el tema, que la prensa y la ciudadanía esté entretenida con los titulares en los medios. Las ventas se elevaron, el culebrón tenía para rato, pero el pueblo no se imaginaban que por lo bajo, por la alcantarilla se cocinaba todo y, la "rata" de Romulo León Alegría se frotaba las manos porque su domicilio lo esperaba para cumplir el arresto.
Era una buena combinación y entendimiento entre el ejecutivo y el poder judicial, sí, ese circo de la injusticia que está infectado de apristas, incluyendo a César Vega Vegahttp://www.youtube.com/watch?v=IlOt_q5CiZE, presidente de la corte superior de Lima, y responsable de trabar las investigaciones del chuponeo y las "aceitadas". Una vez más se demostró que la independencia de poderes no existe, y no existirá. Los casos donde se observa justicia real, son casos aislados y sólo sirven para la foto. Es obvio que esa jugada se preparó en palacio de gobierno, buena Alan, como siempre sigues siendo el rey, pero esta jugada le puede rebotar en la cara.
El escenario era perfecto para aplicar el golpe. Toda la población estaba entretenida buscando una explicación a la terrible muerte de la follclórica; es más, presurosos oyentes llamaban a las radioemisoras y opinaban creyéndose policías, abogados, jueces o fiscales. Entonces las ratas dijeron: este es el momento propicio para liberar a nuestro compinche. De pronto, a velocidad de de un rayo, Romulo León Alegría dejaba el penal ex San Jorge, para cumplir arresto- como si fuera un "lindo gatito"- pero en la tranquilidad de su domicilio.
Este siniestro personaje, hacía una labor de "lobbista"en el estado. Pero usando metodos de un mafioso; "aceitaba" (coimeaba sin sonrojarse) a cuanto personaje se presentaba en las grandes licitaciones de los pozos petroleros, donde se manejan muchos millones de dólares y las "coimisiones" eran realmente suculentas. Hasta ahora no se comprende, por qué no se apertura el CPU de su computadora, donde estaría grabada todas sus fechorías, además de conocer quienes de los personajes del gobierno están metidos en la corrupción.
Una cosa es estar en la cárcel, mirando las paredes frías y mugrosas; otra, estar en tu casa, bien abrigado, tomando whisky, mirando tv por cable y rascándote la panza. Es lamentable que el pueblo haya reaccionado tarde. Mientras tanto la novela de las polleras seguirá bajo la dirección de los especialistas en cortinas de humo; la rata, reirá a carcajadas y llamará a palacio diciéndo: Alan, mi hermano, gracias, hicimos otro faenón.