Los reporteros de radio "la voz de Bagua" salieron corriendo a cubrir la primicia de los sucesos que todos recordamos y que quedó como una herida para todos los peruanos. Dichos periodistas informaron lo que vieron en el campo de batalla. Cuando terminó el episodio sangriento, el gobierno se sintió derrotado y por los abusos que se cometieron decidieron lavarse la cara y vengarse. La primera víctima fue la radioemisora que cubrió los hechos; Alan García ordenó cancelar la licencia de dicho medio de comunicación, dejando a los ciudadanos de Bagua sin información. El argumento para el cierre fue lo mismo que hace el gorila de Hugo Chávez en Venezuela: balbucear incoherencia de los hechos, dignas de un colegio de primaria.
La radio estuvo cerrada todo un año, hasta estuvo a punto de ser licitada, pero los propietarios que
se quedaron con las manos vacías, no tiraron la toalla y siguieron luchando. Las perdidas iban sumando, los trabajadores se quedaron en el aire, pero no desmayaron y bregaron duro hasta el final. El apoyo de muchas instituciones como la sociedad interamericana de prensa (SIP) fueron fundamentales; al final la licencia le fue concedida y la radio empezó a sonar; se hizo justicia con esta rabieta que fue orquestada desde palacio.
Imitar a Hugo Chávez (cerrar medios de comunicación) no le pareció bien al presidente Alan García, que apelando a su cálculo político decidió devolver la señal a la radio. Si no lo hacia, dicho episodio quedaría como una mancha negra en su regularon segundo gobierno que está por culminar.
La radio estuvo cerrada todo un año, hasta estuvo a punto de ser licitada, pero los propietarios que
se quedaron con las manos vacías, no tiraron la toalla y siguieron luchando. Las perdidas iban sumando, los trabajadores se quedaron en el aire, pero no desmayaron y bregaron duro hasta el final. El apoyo de muchas instituciones como la sociedad interamericana de prensa (SIP) fueron fundamentales; al final la licencia le fue concedida y la radio empezó a sonar; se hizo justicia con esta rabieta que fue orquestada desde palacio.
Imitar a Hugo Chávez (cerrar medios de comunicación) no le pareció bien al presidente Alan García, que apelando a su cálculo político decidió devolver la señal a la radio. Si no lo hacia, dicho episodio quedaría como una mancha negra en su regularon segundo gobierno que está por culminar.