martes, 6 de diciembre de 2011

El "Doctor" Socrates

Mundial España 82; un encuentro esperado Brasil vs la URSS; pronòstico reservado. Los peruanos alentábamos por nuestro país (fue el último mundial que jugó) y por la siempre poderosa Brasil.
Era un día particular, estaba en el colegio, fui a clases (lo mejor era no asistir y ver el encuentro con toda la comodidad que te ofrece el hogar) A pocos minutos de iniciarse el match, todos estábamos ansiosos por ver el partido. Había terminado de dictar clases el cargoso profesor de matemáticas y se disponía a entrar el profe de educaciòn cívica; un tipo bonachón que hacia de mil oficios, entre ellas de auxiliar; siempre conversaba con nosotros y nos aconsejaba. Al llegar al salón, observó nuestra inquietud y dijo: que pasa muchachos, nosotros en coro respondimos:el partido profeeeee.... está por empezar; y él, todo enérgico gritó: ya está, no hay clases, a disfrutar del partido carajo; hubo bulla y golpeando las carpetas  salimos corriendo hacia un salón de experimentos donde había un viejo televisor y encontrar la mejor posición.
Llegamos justo cuando el partido tenia dos minutos de empezado. Eramos Brasil, como siempre. Los Sovieticos metieron el primero; silencio total. En el segundo tiempo se destapó Brasil, y en el momento preciso destaca el "Doctor" Socrates; en tres cuartos de cancha se saca a uno, luego a otro y mete el zapatazo y marca un golazo. El salón estalló; sabíamos que se tenia que ganar y Eder pone el gol del triunfo; celebramos como si fuera nuestro país.
La figura del doctor era inconfundible, con su barba y su metro noventa y su elegancia para jugar. Era el capitán  y jugó a lado de monstruos como Zico, Falcao, Toninho Cerezo, Junior, etc.
Extraordinario jugador, pero amante de la bebida. Hace treinta años dijo: quiero morir un domingo y con el Corinthians campeón; no se equivocó, murió en el día que él vaticinò, con el "timao" llegando a la gloria.
 El "Doctor" era habilidoso en su juego; sus tacos eran impresionantes, pero nunca pudo hacerle un "taquito" al alcohol; la cirrosis le ganó el juego y lo envió a la tumba.