lunes, 26 de septiembre de 2011

Pelota Manchada

El fútbol, indudablemente es el deporte más popular, que mueve millones de dólares en todo el mundo, pero también carga con un problema difícil de solucionar: violencia y muerte.
El último sábado se jugó el clásico del fútbol peruano, la fiesta terminó en tragedia: la muerte de un hincha aliancista. Ahora  ya no importa si la "U" ganó el partido, el tema ahora es la tragedia.
Días previos al partido,  dirigentes y jefes policiales- con fotos incluidas- declararon que todo iba a estar controlado; cuatro mil efectivos- por las puras- era suficiente garantía para el encuentro de la fecha. Policías panzones, blandengues en mostrar autoridad. Ellos tiene a flor de labios el "como es" o son 20 "manguitos" y me hago el loco y mete todo lo que puedas  al palco: trago, marihuana, cocaína, etc. Combinación mortal que enardece los ánimos de los estúpidos que no piensan.
El clásico se jugará en otro recinto; los delincuentes seguirán con el terror; ni la muerte de Walter Oyarce los hará cambiar, pero ya están identificados; la cárcel le hace guiños para que se pudran toda la vida. Los dirigentes seguirán metiendo uña y los policías displicentes para la acción, pero rápidos para cobrar la coima estarán en la fiesta deportiva, pero no para trabajar, sino para gozar con el espectáculo.