Una semana para el olvido, porque fue muy movida en el ambiente del periodismo peruano. La preocupación, el fastidio y rechazo era total hacia una iniciativa inconsistente para amordazar a la prensa libre, y que fue promovida por el desconocido legislador José Vargas (apra) e impulsada por Mercedes Cabanillas. Culminada la semana, el proyecto abortó, el tema se cerró, pero quedan reflexiones.
El mensaje era claro: silenciar a los medios de comunicación, al estilo del gorilón de Hugo Chávez. La orden vino de palacio. Los integrantes de la estrella decadente estaban cansados de que los periodistas escarben la basura de su régimen, por ejemplo: a "Meche" Cabanillas le dieron duro por su nefasta labor en la cartera del interior y por las consecuencias del "Baguazo"; ella se quedó "picona" y por eso apoyó a su colega y se sopló todas las críticas por esta porquería de iniciativa.
Dicho proyecto amenazaba con mandar a la cárcel a los periodistas por difundir temas inexactos y difamar; pero en el código penal ya está estipulado este tema, y no era necesario tanta bulla. Y lo peor que esto también involucraba a los blogs.
Alan García lanzó la pelota para ver si tenía destino de gol; osea aprobar la ley. De esta manera se garantizaba que los verdaderos periodistas no saquen a la luz los "faenones", "aceitadas", los copamientos apristas en el estado, los saqueos y toda la corrupción que está minando su gestión como gobernante, que dicho sea de paso, no pasa de regularón.
La puja fue fuerte, y al final dieron marcha atrás. Al presidente sólo le queda "ajustar" hasta el final de su mandato y rogar que sus "compañeros" no sigan cometiendo atrocidades en perjuicio del pueblo y por lo tanto, le malogren el "pastel" que, en tres años, ya está despidiendo malos olores.
