En plena efervescencia del play off del Campeonato Nacional escuché un comentario jocoso que resumía todo: "¡Mientras Cristal, Alianza Lima y demás clubes están de vacaciones, los de Universitario están en finales!" y vaya que finales donde el esfuerzo, la dedicación y el estudio tiene un premio: La gloria.
La pelota que fue lanzada con potencia por Néstor Duarte en la tanda de penales, ya saboreaba el romance con las redes. El lamento del arquero rival "pipa" Carranza no importaba. El grito y el salto de gol del "jotita" y de la hinchada merengue que copó el Estadio y del resto del país que sufría el desenlace penalero, era lo más importante. Una vez más se impuso la garra, la historia, el peso de la camiseta y el aliento de su numerosa hinchada.
En el momento del festejo, Alexi Gómez y Christofer Gonzales se buscaron, se abrazaron, se cogieron la cabeza, se miraron y lloraron como niños. Quizá recordaron aquella vez que Ángel Comizo los sacó de la concentración de un partido clave porque llegaron tarde, dejando en claro que al entrenador se le respeta. Ese fue el punto de quiebre del equipo. "El Flaco" no permitió que chicos con talento y futuro terminen borrachos como Reimond Manco. Es por eso que la "hiena" y "Canchita" lloraban y entendían que con trabajo y responsabilidad se llegaba lejos y lo estaban viviendo.
La llorona les dio a todos; hasta el rígido entrenador derramó sus lagrimones a lado de su hijo y no era para menos, el argentino logró un campeonato con un equipo donde no había estrellas, pero sí sangre joven con ganas de saborear la gloria. El lloriqueó queda para quienes tocan el cielo.
En esta navidad a los hinchas cremas no les interesa que les regalen nada; ¡que importa! allí está el mejor regalo: el titulo nacional 2013.
Ya nada interesa si te regalan una colonia de cinco dólares que huele a todo menos a colonia y se te evapora en un mes; Que importa si te regalan una corbata anaranjada que no sintoniza con el único terno que tienes; que importa si te regalan un juego de tres calzoncillos que pierden el color con la lluvia de flatulencias; tampoco importa el celular "chino" que a la primera caída se descuartiza y no te sirve ni para despertador.
Nada de esos regalos importa; pero el que te dio la "U", el club de tus amores, no caducará, quedará para siempre; no es efímera como los regalos navideños. Cuando tengas 80 años (si es que llegas) igual ese regalo que tu equipo te dio el 2013 estará allí, registrado en la historia; es la estrella número 26 y es de Universitario Campeón.
La pelota que fue lanzada con potencia por Néstor Duarte en la tanda de penales, ya saboreaba el romance con las redes. El lamento del arquero rival "pipa" Carranza no importaba. El grito y el salto de gol del "jotita" y de la hinchada merengue que copó el Estadio y del resto del país que sufría el desenlace penalero, era lo más importante. Una vez más se impuso la garra, la historia, el peso de la camiseta y el aliento de su numerosa hinchada.
En el momento del festejo, Alexi Gómez y Christofer Gonzales se buscaron, se abrazaron, se cogieron la cabeza, se miraron y lloraron como niños. Quizá recordaron aquella vez que Ángel Comizo los sacó de la concentración de un partido clave porque llegaron tarde, dejando en claro que al entrenador se le respeta. Ese fue el punto de quiebre del equipo. "El Flaco" no permitió que chicos con talento y futuro terminen borrachos como Reimond Manco. Es por eso que la "hiena" y "Canchita" lloraban y entendían que con trabajo y responsabilidad se llegaba lejos y lo estaban viviendo.
La llorona les dio a todos; hasta el rígido entrenador derramó sus lagrimones a lado de su hijo y no era para menos, el argentino logró un campeonato con un equipo donde no había estrellas, pero sí sangre joven con ganas de saborear la gloria. El lloriqueó queda para quienes tocan el cielo.
En esta navidad a los hinchas cremas no les interesa que les regalen nada; ¡que importa! allí está el mejor regalo: el titulo nacional 2013.
Ya nada interesa si te regalan una colonia de cinco dólares que huele a todo menos a colonia y se te evapora en un mes; Que importa si te regalan una corbata anaranjada que no sintoniza con el único terno que tienes; que importa si te regalan un juego de tres calzoncillos que pierden el color con la lluvia de flatulencias; tampoco importa el celular "chino" que a la primera caída se descuartiza y no te sirve ni para despertador.
Nada de esos regalos importa; pero el que te dio la "U", el club de tus amores, no caducará, quedará para siempre; no es efímera como los regalos navideños. Cuando tengas 80 años (si es que llegas) igual ese regalo que tu equipo te dio el 2013 estará allí, registrado en la historia; es la estrella número 26 y es de Universitario Campeón.