La risa del "mudo" Luis Castañeda Lossio se deja oír: je,je,je, mientras las sierras eléctricas manipuladas por los peones de la comuna, rugían a todo dar en una madrugada inesperada. Los árboles caían unos tras otro. La risa cachosa, provocadora del líder de solidaridad volvía a sonar, je,je,je, pues había sido comunicado que la misión estaba cumplida. En aquella noche fatal, los vecinos de Chorillos ni siquiera soñaron con un bosque en problemas o algo parecido que les dé alguna señal de que les estaban desapareciendo el paisaje de su distrito; cuando despertaron y observaron la tala criminal, creían que estaban soñando, o peor aún, sufriendo una pesadilla.
El Burgomastre Capitalino con tal de terminar sus obras llenas de cemento no le importa derribar indefensos árboles sin comunicar a los vecinos, y para eso apela al cómplice silencio de la noche, tal como lo hizo en el derrumbe de los muros de la Universidad Mayor de san Marcos
Ese es su estilo, su perfíl; el apelativo de el "mudo" o el "muertito" le caen de perilla, prácticamente es un Alcalde en la sombra, manda ejecutar, luego cuando algo le sale mal, se esconde y manda a sus perros de chacra o a sus bomberos según el caso para apagar el incendio; entre ellos el más conocido está Marco Parra. Los asaltantes del satt, y los insufribles transportistas son su caja chica. Se le corre a los periodistas corrosivos, que siempre lo invitan para entrevistarlo, pero él se hace de los oídos sordos, no quiere exponerse a preguntas incomodas, a temas espinosos; No quiere quemarse, protege bien su imagen y apunta seriamente al sillón de palacio.
En las últimas encuestas le dan como favorito superando a Keiko, que sudando la gota gorda, pugna por no alejarse. Castañeda se está disparando en las preferencias; la culminación de sus obras están fríamente calculadas, justo cuando se dé el pitazo inicial de la competencia electoral; arranca con cierta ventaja, pero cuidado, Alberto Andrade, tenía el 80% de aprobación como Alcalde, pero cuando se lanzó para presidente, no pasó nada. De repente se repite la historia y el "muertito" dictador se queda sin nada. Los árboles que taló no pudieron morir de pie, pero él, sí puede morir electoralmente.