jueves, 30 de abril de 2009

Terceros en Matemáticas


El chifa estaba repleto, el ambiente era total, todos mirando a la pantalla de 29 pulgadas que lucía impresionante. Empezó la fiesta, y los que amamos el fútbol estábamos seguros que la "U" pasaba a la fase siguiente de la copa libertadores, es más no había apuestas de por medio, no era necesario, incluso perdiendo la alegría estaba asegurada; el puntero del grupo -ya clasificado-el Libertad de Paraguay era imposible que pierda en su casa.
Hubo exceso de confianza por parte de los cremas y, esa soberbia se paga; se creían adentro, pero en el fútbol mientras el juez no pite el final, no se puede celebrar. Indudablemente quedará como una lección que tendrán que aprender todos los que están metidos en la pelotita Peruana.
Es harto conocido que siempre nos "clavan" un gol en el último minuto, ¡que fatal!; también sabemos que los peloteros no sudan la camiseta, primero tienen que ver el billete, ese de color verde; que los dirigentes son unos payasos; que las divisiones menores no trabajen con seriedad; como es posible que un jugador profesional de 25 años hay que enseñarle a cabecear; el "zorrito" Aguirre de Alianza Lima se perdió un gol por no saber parar de pecho, el balón le rebotó como a tres metros ¡plop!.
Para coronar la gloria o disfrutar de una algarabía pasajera, el fútbol Peruano tiene que recurrir a terceros para que nos realicen la tarea, y si esa situación no se da, apelamos con toda seriedad a las matemáticas. Lo más reciente, San Martín pasó a la otra fase gracias a un tercero, y hoy jugará sin despeinarse porque el choque con River Plate es de puro trámite. Universitario esperó y se confió que Libertad le haga el trabajo; y anoche en el torneo sub 17, Brasil le dejó la mesa servida a Perú, que sólo empatando a Colombia pasaba a la siguiente ronda para pugnar un cupo al mundial de la categoría y no pudo; perdió 2 -1.
Siempre hablaremos de matemáticas, rogaremos a terceros para que nos ayuden y así no debe ser nuestro balompie, los encargados deben revolucionar este deporte, sacando a Burga y su pandilla, poner gente decente y con ganas de trabajar y no aquellos que solo se dedican a pasear por el mundo. De ser así, no más, rezaremos en los minutos finales de un encuentro, tampoco cruzaremos los dedos aguantando hasta el pitazo final, para luego decir conteniendo la respiración: ¡ganamos!, pero cómo ajustamos.