jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

Me desplazaba en mi auto a paso de tortuga por el espantoso tráfico de Lima, que por estos días es insoportable. Eran las 8 de la noche del 22 de diciembre, la ciudad está en todo su esplendor, la magia de las luces ya se apoderaron de las ventanas y árboles. El embotellamiento continúa, los viandantes caminan presurosos llevando bolsas con regalos. La luz roja del semáforo me detiene, observo el panorama, hay niños tratando de vender algo, otros pugnan por recibir una moneda de algún conductor generoso. A un costado, en  la berma central, unos niños juegan pateando una botella de plástico; esa es su pelota, gritan gooooool; son felices, es Navidad; ellos no saben si les llegará un balón como juguete, igual seguirán corriendo tras la botella descartable.
En la Navidad hay sentimientos encontrados, unos tienen pavo, otros nada; el panetón es infaltable, otros sólo un bizcocho con mantequilla; unos tendrán los mejores regalos, otros ni siquiera lo piensan; pero aquellos que no tienen una Navidad digna, son más felices. El gobierno dice que estamos avanzando a pasos de gigante, pero en la calle se ve que no es verdad. Esta fecha actúa como una brillante cortina de humo, todos están metidos en la fiesta y nadie habla de Luis Alva Castro que usó dinero del Congreso para financiar un concierto de su "amiguita" Fabiola de la Cuba. nadie comenta del indulto a José Francisco Crousillat, que estando en prisión tenía todas las enfermedades, una vez libre, sanó por arte de magia. Buena Alan, otro faenón, por algo lo liberaste, uuummm. El escándalo de Alas Peruanas quedó en el olvido.
Sin duda Alan García tendrá una cena majestuosa, mientras  que en Huancayo madres humildes luchan formando inmensas colas por un vaso descartable de chocolate y un pedazo de panetón. El presidente eructará como los árabes mientras en Puno, Huancavelica, etc, no saben que es Navidad; y así dice que estamos mejorando. Los otorongos y demás políticos se van con los bolsillos llenos gracias a la gratificación; mientras a las 8 de la noche de ayer en Santa Anita, niños y madres esperan- soportando el frío- que una empresa privada les regale una pelota de plástico.
Parece que todos corren a celebrar la Navidad, pero pocos se acuerdan de que se celebra el nacimiento de Jesús. Unos sólo quieren cenar, abrir los regalos y nada más. Los niños del mundo, aquellos que no tendrán un juguete, una cena, sólo sonreirán, pero tendrán el corazón lleno de felicidad,  porque la Navidad es de todos, tengas dinero o no. Feliz Navidad.