jueves, 22 de marzo de 2012

El fùtbol peruano apesta.

Era 1987, el arbitro principal de un partido a jugarse en una ciudad norteña del país llega un día antes. Los dirigentes del equipo local solo les quedaba arreglar con el juez principal para que su equipo salve la categoría. Primero lo llevaron a un chifa, uno de los mas caros de la ciudad; luego se fueron a un club nocturno para beber licor y deleitarse con la "faraona",  la vedette del momento, muy pulposa ella, de lindos ojos verdes. Terminada la noche, el juez del partido participó de un suculento faenòn sexual. Todo ya estaba pagado incluso le deslizaron un billete extra. El entendió lo que tenia que hacer en el campo. Al día siguiente el estadio era un lleno de bandera. Iniciado el partido y en plena confusión del juego, el mal arbitro se acerca  al capitán del equipo local y le susurra: "dile a tus delanteros que se tiren dentro del área",  y así fue, los flojos delanteros se tiraron dos veces, y dos penales cobró el juez, que para suerte de los traferos fueron gol. El equipo se quedó en primera; el estadio era un loquerio, los aficionados creían que los jugadores la lucharon para ganar; los dirigentes coimeros se frotaban las manos, habían cumplido su misión. 
Un club grande necesita contratar un delantero extranjero, el presidente prepara sus maletas sonríe y se larga. El periplo empieza por Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Hace turismo como los grandes y no contrata casi nada; Luego regresa, prepara conferencia de prensa y anuncia que contrató aun 9 espectacular, un tanto trajinado con 30 años y que ganará 25 mil dolares, claro, no dice que el "paquete" cobrará 10 mil y los 15 mil restantes serán para su bolsillo sucio.
 Así de podrido está el Fútbol peruano; el gobierno ha tenido que intervenir para sofocar en algo la pestilente Situación. Los crápulas de la pelotita se largaràn a regar el jardín y entrarà gente decente a ordenar la casa, ojalà así sea, por el bien de ese deporte que hace gozar a todos.