Desesperado en la audiencia gritó: "soy inocente", esa frase más el alegato de su desprestigiado abogado no le sirvieron de nada, igual lo condenaron a 25 años de cárcel. A los magistrados no les tembló la mano para aplicar la ley y lo encontraron responsable por la autoría mediata de los crímenes de la Cantuta, Barrios Altos y el secuestro del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer .
En la última intervención que tuvo para defenderse, "el chino" se aferró al discurso político que a la postre lo hundió más de lo que estaba; no era un acusado sino un candidato en campaña, mostrando una memoria selectiva de sólo resaltar sus logros y no las defecadas de esa década de la dictadura y la corrupción.
"Disolver" el congreso. Ahí empezó la pesadilla que ahora vive. En realidad lo que el quería es perpetuarse en el poder, la ambición de concretar a como dé lugar la re-reelección, hizo que se abra ese camino a su triste final. El pueblo no olvida los 15 millones de dólares que le entregó al crápula de Montesinos; de vestir de fiscal a su títere edecán (por el cual tiene una sentencia de 6 años), su renuncia cobarde por fax, su fracasada postulación al senado Japonés, las 48 maletas donde se llevó los vídeos que lo incriminaban, la forma como prostituyó a la prensa( no todos por supuesto), y siguen más perlas.
Los seguidores del reo Japonés están con la sangre en el ojo, amenazan con protestar en las calles reclamando libertad para su jefe. Lo que deben hacer es organizarse en planificar las visitas al penal, llevándole fruta, sabiendo que va a tener para rato. Si la paciencia desespera busquen a los soldados de Chavín de Huántar para elaborar un túnel y rescatar sano y salvo a su "inocente" líder.
Se le borró la sonrisa cínica a kenya cuando la relatora anunciaba la contundente condena, para disimular su nerviosismo escribía unos cuantos garabatos en su cuaderno para demostrar que es un "chinito" a prueba de balas, pero en realidad el cuerpo le temblaba como gelatina y no por la vejez sino por la cobardía de afrontar como hombre sus responsabilidades. Vaya a saber uno de repente se "mojó" los pantalones.
El condenado Fujimori estará lamentando esa osadía de abandonar Japón. Chile le iba servir de plataforma para elaborar su plan diabólico de llegar al Perú y ser presidente una vez más, se equivocó, su plan abortó y enmarrocado lo trajeron para rendir cuentas. Y vaya que le cortaron las piernas con esa cantidad de años que estará bajo la sombra.En la última intervención que tuvo para defenderse, "el chino" se aferró al discurso político que a la postre lo hundió más de lo que estaba; no era un acusado sino un candidato en campaña, mostrando una memoria selectiva de sólo resaltar sus logros y no las defecadas de esa década de la dictadura y la corrupción.
"Disolver" el congreso. Ahí empezó la pesadilla que ahora vive. En realidad lo que el quería es perpetuarse en el poder, la ambición de concretar a como dé lugar la re-reelección, hizo que se abra ese camino a su triste final. El pueblo no olvida los 15 millones de dólares que le entregó al crápula de Montesinos; de vestir de fiscal a su títere edecán (por el cual tiene una sentencia de 6 años), su renuncia cobarde por fax, su fracasada postulación al senado Japonés, las 48 maletas donde se llevó los vídeos que lo incriminaban, la forma como prostituyó a la prensa( no todos por supuesto), y siguen más perlas.
Los seguidores del reo Japonés están con la sangre en el ojo, amenazan con protestar en las calles reclamando libertad para su jefe. Lo que deben hacer es organizarse en planificar las visitas al penal, llevándole fruta, sabiendo que va a tener para rato. Si la paciencia desespera busquen a los soldados de Chavín de Huántar para elaborar un túnel y rescatar sano y salvo a su "inocente" líder.