No lo podía creer cuando Alan García pasó a la segunda vuelta junto a Alejandro Toledo en los comicios del 2011. El pueblo peruano al parecer no había olvidado la catastrófica gestión que hizo en el quinquenio 85-90. Eran más de 10 años los que habían pasado de su funesto gobierno, suficiente para olvidarlo, sepultarlo políticamente. Pero no, resucitó de tal manera que, por poco le gana la elección al "cholo" de Harvard
El autogolpe del Dictador japones, lo obliga a la retirada política; se va a París, donde radicó con toda su familia. Cuestionado por enriquecimiento ilícito, Alan arguyó que tenía un negocio de unos camiones y, que también dictaba cátedra en algunas universidades. Pero nunca aclaró Las propiedades de Naplo, el departamento de París. Se comenta ahora que tiene una casa en los pulpos. Al término de su segundo mandato a lo mejor nos enteramos con mucha rabia de otras propiedades.
El intocable Alan ganó en el 2005 apelando a viejas artimañas de un viejo zorro político. Primero sacó de la contienda a la tía "lulu" Flores tildándola de la candidata de los "ricos"; que ironía , su gobierno precisamente se arrodilla, les pasa la mano los grandes empresarios, osea el apra se pasó a la derecha, ¡que asco!, pero en fin, en la política no hay que ser ingenuos dijo precisamente el actual mandatario. Utilizó a los chicos que estrenaban DNI con el reggaeton y a la no tan cándida Luciana León, hoy congresista e hija de Romulo "rata" León. Claro los nuevos ciudadanos no recordaban que García hundió al país.
Ahora con 50 kilos demás, Alan habló de reelección, todos se le fueron encima, amagó como en las buenas épocas de César Cueto y ahora dice que regresará el 2016. No sé si más gordo o loco. Recordemos que a Jaime Bayly lo botaron de la televisión en el primer gobierno por decirle loco, que había estado en un tratamiento psiquiátrico y que todos los días tomaba su litio. Prefiero que para esa fecha esté loco y no pueda postular, sino, me volvería loco al saber que puede postular, aguantar todo el circo con el baile del "teteo" y, llegar a palacio otra vez -recordemos que estamos en el Perú- para soportarlo cinco años más.