Los pasillos del hospital Edgardo Rebagliati empezaron a temblar; Alan García, entraba como los grandes faites, rodeado de varios gorilones que le cuidan la espalda de cualquier faltoso, o de una bala dirigida hacia su voluminoso cuerpo. Su caminar circunspecto y su estatura a lo profesor jirafales lo hacen visible en todo momento. Con la mano izquierda se coge el rostro y luego se pasa por el cabello, ese que está lleno de tinte negro azabache. Su hija mayor Carla García Buscaglia estaba a su lado.
El mandatario se sentía tranquilo, seguro, como si nada pasaría. De pronto se aparece un muchacho (Richard Gálvez), toma aire y le grita ¡corrupto! . Ese insulto fue como un flechazo directo al corazón del presidente,que se sintió aludido y reaccionó al toque y dijo: ¿quién ha sido?, a lo que el muchacho, golpeándose el pecho dijo: ¡yo!; Alan en ese momento se acordó de los fúbalos apristas (hombres de choque que todo lo resuelven con golpes y patadas), y le propinó un cachetadón al insolente dejándolo con el rostro ensangrentado. Eso, fue sólo un piqueo, porque el plato de fondo fue la masacre que le dieron los guardespaldas del lider aprista que lo zarandearon y lo golpearon.
El incidente casi pasa desapercibido. El diario 16 reveló el hecho, y el Sr García Pérez pretendió soslayar el tema con mentiras inconsistentes, la cosa se fue agrandando y ahora todo el mundo ya está enterado. Hugo Chávez le dijo ladrón de cuatro esquinas y a pesar que se han visto las caras, Alan nunca le dijo nada, tampoco se atrevió a meterle un combo.
Me dijo ¡corrupto! y no acepto que me insulten balbuceó el inquilino de palacio; pero él, sí puede hacerlo: al pueblo de Bagua les dijo ciudadanos de segunda; a los profesores, "comechados"; a los que no piensan como él, perros del hortelano; y nosotros bien gracias; y peor aún, no podemos meterle su cachetada por atrevido con el pueblo que lo eligió.
Alan usted es dueño del partido aprista, por lo tanto jefe de "Mafalda" Jorge del Castillo, que tiene el rabo entre las piernas por los petroaudios; también de las ratas de Rómulo y don Bieto, y sigue la lista de todas las corruptelas durante este mandato y del anterior (caso BCCI, tren eléctrico, etc.). Entonces como quiere que le diga el pueblo: ¡inmaculado!, ¡beato!, ¡buena gente!, ¡decente! o ¡corrupto!, que al parecer, es el termino más apropiado.
El mandatario se sentía tranquilo, seguro, como si nada pasaría. De pronto se aparece un muchacho (Richard Gálvez), toma aire y le grita ¡corrupto! . Ese insulto fue como un flechazo directo al corazón del presidente,que se sintió aludido y reaccionó al toque y dijo: ¿quién ha sido?, a lo que el muchacho, golpeándose el pecho dijo: ¡yo!; Alan en ese momento se acordó de los fúbalos apristas (hombres de choque que todo lo resuelven con golpes y patadas), y le propinó un cachetadón al insolente dejándolo con el rostro ensangrentado. Eso, fue sólo un piqueo, porque el plato de fondo fue la masacre que le dieron los guardespaldas del lider aprista que lo zarandearon y lo golpearon.
El incidente casi pasa desapercibido. El diario 16 reveló el hecho, y el Sr García Pérez pretendió soslayar el tema con mentiras inconsistentes, la cosa se fue agrandando y ahora todo el mundo ya está enterado. Hugo Chávez le dijo ladrón de cuatro esquinas y a pesar que se han visto las caras, Alan nunca le dijo nada, tampoco se atrevió a meterle un combo.
Me dijo ¡corrupto! y no acepto que me insulten balbuceó el inquilino de palacio; pero él, sí puede hacerlo: al pueblo de Bagua les dijo ciudadanos de segunda; a los profesores, "comechados"; a los que no piensan como él, perros del hortelano; y nosotros bien gracias; y peor aún, no podemos meterle su cachetada por atrevido con el pueblo que lo eligió.
Alan usted es dueño del partido aprista, por lo tanto jefe de "Mafalda" Jorge del Castillo, que tiene el rabo entre las piernas por los petroaudios; también de las ratas de Rómulo y don Bieto, y sigue la lista de todas las corruptelas durante este mandato y del anterior (caso BCCI, tren eléctrico, etc.). Entonces como quiere que le diga el pueblo: ¡inmaculado!, ¡beato!, ¡buena gente!, ¡decente! o ¡corrupto!, que al parecer, es el termino más apropiado.