Las palomas estaban listas para que, en un determinado momento sean soltadas al aire. Quizá ellas no se sentían en condiciones de ser parte del show vergonzoso del mitin aprista, sentían repugnancia; igual las lanzaron.
Los habituales pasajeros del metropolitano renegaron del bendito Mitin de la fraternidad, que en cinco horas se paralizó a los buses que circulan por Alfonso Ugarte. Hubo mucho alboroto, pero la asistencia estuvo raleada, hubo mucho ambulante, locos, sapos y policías.
Los integrantes del comando universitario aprista empezaron a gritar: ¡fuera los corruptos! Los altos dirigentes no sabían que hacer. "Mafalda" Jorge Del Castillo se lamentaba de la reunión con Fortunato Canaán en un Hotel de San Isidro; sudaba frío, estaba nervioso y deseaba que en ese instante la tierra lo desaparezca.
Personajes nefastos como Aurelio Pastor que, solo fue a promocionar su reelección al congreso; muy desesperado levantaba un letrero con su número. Había sonrisas falsas entre los compañeros del faenón; tenían que cumplir con el homenaje al nacimiento de Víctor Raúl Haya De La Torre que cobraba un sol al estado por ser presidente de la asamblea constituyente y, al parecer no dejó a nadie que lo imite, porque todos (salvo algunos) se llenan los bolsillos, como las ratas que ahora están en la cárcel.
Los habituales pasajeros del metropolitano renegaron del bendito Mitin de la fraternidad, que en cinco horas se paralizó a los buses que circulan por Alfonso Ugarte. Hubo mucho alboroto, pero la asistencia estuvo raleada, hubo mucho ambulante, locos, sapos y policías.
Los integrantes del comando universitario aprista empezaron a gritar: ¡fuera los corruptos! Los altos dirigentes no sabían que hacer. "Mafalda" Jorge Del Castillo se lamentaba de la reunión con Fortunato Canaán en un Hotel de San Isidro; sudaba frío, estaba nervioso y deseaba que en ese instante la tierra lo desaparezca.
Personajes nefastos como Aurelio Pastor que, solo fue a promocionar su reelección al congreso; muy desesperado levantaba un letrero con su número. Había sonrisas falsas entre los compañeros del faenón; tenían que cumplir con el homenaje al nacimiento de Víctor Raúl Haya De La Torre que cobraba un sol al estado por ser presidente de la asamblea constituyente y, al parecer no dejó a nadie que lo imite, porque todos (salvo algunos) se llenan los bolsillos, como las ratas que ahora están en la cárcel.