¡Arriba Perú carajo que tenemos que ganar! era el grito de guerra de todos los peruanos antes del último partido con Ecuador. El optimismo era total; el crédito otorgado a Sergio Markariàn estaba intacto; el tercer lugar obtenido en la Copa América le daba oxigeno suficiente como para seguir cobrando sus miles de dólares durante el proceso clasificatorio.
El romance seguía viento en popa con el entrenador, incluso muchos periodistas deportivos le cantaron el happy birthday al buen Sergio, compartiendo torta y unos "piscachos" para sentar el buen animo con el uruguayo. Pitazo final en Quito: Ecuador 2, Perú 0. Nos ahogaron en el segundo tiempo. Markariàn dejó solo a Retamozo, el único volante de marca de la bicolor; los rivales pasaron como aviones a nuestro campo y nos vacunaron dos veces. Por qué el técnico apostó por MichaelGuevara en lugar de uno de contención para aguantar el vendaval ecuatoriano, ¿se olvidó?
Los cuatro fantásticos no fueron la solución, el seleccionador nacional tuvo que poner el pecho ante la hemorragia de interrogantes incluso de aquellos que comieron torta con él. La prensa quiere vender, los resultados le niega esa posibilidad; se vienen los problemas. Ahora empezarán a joder y el uruguayo se cansará y explotará, luego cogerá sus maletas (cargada de dólares) y se largará dejàndonos con la ilusión en el aire..
¡Vamos carajo que tenemos que ganar! los peruanos esperaràn ansiosos hasta el próximo año para seguir riendo o llorando. Se vendió mucho humo, ahora el camino se ve un tanto sinuoso; esperando que esto sea solo un espejismo.
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